viernes, 4 de julio de 2008

Mi arma contra el estado.

Debido a mi incapacidad para madrugar, llegue atrasada al instituto. Al pasar por la sala de clases para ir al baño, me extraño que no hubiese luz, cuando recordé que veríamos una película sobre los fotógrafos en época de dictadura. Con esta escasa información ya era capas de imaginar cuanto me afectaría este documental.
Regreso del baño, entro a la sala lo mas callada que puedo, me siento en primera fila y me instalo a ver el televisor. Rápidamente me introduzco en el drama que se vive, creo que no pasaron mas de cinco minutos y ya estaba llorando, no raja llorando, por suerte, pero si un llanto constante.
Cada escena, cada situación me recordaba lo que paso con mi hermano y lo que sigue pasando diaria mente, mientras el estado se encarga de que los diarios omitan, se omite.
A mi hermano lo mato un paco con una subametralladora uzi, la bala le entro por la espalda y le atravesó el pulmón, mientras arrancaban de un fundo usurpado por el winka invasor... ¿una subametrallaque? No savia que algo así lo podía usar un paco, pero en el wall mapu los pacos hacen y desasen como se les plazca, aquí lo único que vale es la plata, la puta plata. Y si el ricachon del fundo quiere eliminar a alguien para que lo dejen en paz, lo manda hacer y listo.¿Pueden creerlo?, ¿!Yo no¡?.
No, no fue en dictadura, fue en dictablanda, exactamente el tres de enero del presente año.
El Matías, mi hermano mayor, tenia 23 años de edad, no era fotógrafo, como el chico asesinado de la película, pero si era mi héroe, mi ejemplo a seguir, mi única familia por mucho tiempo, y lo mataron. Era un mapuche hecho y derecho, todo un weichafe, un guerrero, un wentru que luchaba día a día para que sigamos vivos como pueblo.
Cuando veo las escenas de los funerales, la gente reprimida y sufriendo, me vienen a la mente los peores recuerdos que tengo, y la pena me invade, la siento en mis ojos, en mi boca, en mi nariz, en los brazos, en la garganta y luego cae la lagrima y la otra y la otra y la otra, siento una pena tan grande que solo me queda seguir llorando y esperar que algún día se me sequen las lagrimas... cuando eso ocurra espero saber tanto de fotografía que pueda denunciar y mostrarle al mundo entero las injusticias que siguen ocurriendo hoy en día, y así utilizar la cámara, para disparar y disparar y disparar como una verdadera arma, contra este maldito estado asesino.
ktk.

1 comentario:

balascontrapiedras dijo...

mari mari lamngen ,me conmovieron tus letras ,no es facil entender lo que describes y si, el dolor que es perder a algien querido ,la represion ,el dolor de la tortura diaria de luchar por algo tan propio como lo es la tierra. en fin nunca tranzar y luchar sin parar.lemorria
tambien te enlazo a mi blog .newen kom pu che